El robo de celulares es una problemática de gran relevancia en América Latina. Por ejemplo,
en la Argentina es un delito frecuente. De hecho, se roban aproximadamente entre 10.000 y
11.000 celulares por día solo en la Ciudad de Buenos Aires y el Área Metropolitana (AMBA),
que incluye el Conurbano Bonaerense.
Esto significa que ocurren alrededor de 300 a 400 robos de celulares por hora en esa región.
Brasil también sufre una epidemia de robo de celulares, al punto que en el último año a uno de cada diez brasileños le hurtaron el móvil, según una encuesta publicada en agosto de 2024. Y, en Perú, se reportaron 1,7 millones de celulares robados en 2023, dando lugar a un promedio de 4676 hurtos al día. Aunque estos números refieren a robos reales, muchos de ellos alimentan cadenas de fraude que incluyen venta de partes, extorsiones, fraudes de seguros, entre otros.
En este contexto, el «autorrobo» de celulares constituye una categoría de fraude específica de fraude que no ha recibido suficiente atención mediática hasta ahora. ¿Qué es el autorrobo de celulares, en qué se distingue de los robos “auténticos” y cómo se manifiesta en los hechos?
El mecanismo es el siguiente: muchos operadores móviles venden celulares acompañados de seguros como estrategia comercial. Estas pólizas, contratadas con aseguradoras especializadas, cubren diferentes situaciones: robo, pérdida del dispositivo, daños accidentales, fallas internas, rotura de pantallas o daños por contacto con agua. El usuario paga una prima periódica para mantener esta cobertura, especialmente útil para dispositivos costosos o usuarios propensos a accidentes.
Sin embargo, algunas personas explotan este sistema de manera fraudulenta. Una vez que obtienen el celular asegurado, realizan una denuncia falsa de robo, ejecutan el seguro para obtener un dispositivo de reemplazo, y frecuentemente destinan este segundo equipo a familiares o amigos.
Es decir que el fraude por autorrobo de celulares es una forma de estafa en la que alguien reporta su propio teléfono como robado para cobrar el seguro o directamente obtener un nuevo celular y vendérselo u obsequiárselo a otra persona, por ejemplo. También puede ser que los delincuentes busquen otra clase de beneficios, como la portabilidad fraudulenta del celular autorrobado.
De alguna forma podría decirse que, al venderse equipos con seguros tradicionales, se incentiva involuntariamente el fraude por autorrobo.
¿Por qué crece el autorrobo de celulares?
La realidad es que no existen datos precisos que indiquen hasta qué punto el autorrobo de celulares es un tipo de fraude extendido, aunque diferentes reportes evidencian que en la región aumentó, en paralelo con el nivel general de robo de móviles.
Por ejemplo, un relevamiento global sobre fraude en seguros realizado por Friss encontró que los intentos generales de estafas en el sector crecieron del 18% en 2020, al 20% en 2021. Y, entre las modalidades más comunes, junto con muchas otras, figura la “denuncia falsa de robo de celular”.
En este estudio, el 100% de los encuestados dijo que contaba con mecanismos para identificar siniestros potencialmente fraudulentos; sin embargo, sólo 62% empleaba una solución tecnológica de detección de fraude.
“La creatividad y la persistencia en el fraude de siniestros es un problema continuo para las aseguradoras. Para el 41% de los encuestados, mantenerse al día con el modus operandi del moderno estafador fue su mayor desafío para responder eficazmente al fraude”, señala el informe.
¿Cómo detectan los operadores el autorrobo?
En relación con el autorrobo de móviles, algunos casos ya salieron a la luz. Por ejemplo, en Brasil una investigación policial descubrió que una madre y su hija habían presentado 56 denuncias falsas de robo de celular para estafar a aseguradoras e instituciones financieras, causando un perjuicio estimado en 91 mil reales (unos U$S 16.200). En este caso la investigación determinó que los celulares presuntamente robados “se usaban continuamente después de las fechas en que se reportaron los incidentes”.
En la Argentina, en 2020 un usuario de Córdoba denunció falsamente el robo de un teléfono: la policía descubrió la mentira mediante entrevistas y constató que el móvil estaba asegurado, y el hombre finalmente admitió que lo había perdido.
Los perfiles de los autores de estas estafas obviamente varían, pero suelen incluir personas que buscan ganancias rápidas o que enfrentan dificultades económicas.
¿Qué impacto tiene el fraude por autorrobo en los operadores?
Este tipo de estafa claramente genera daños económicos directos para las aseguradoras y los operadores móviles. Para estas compañías el fraude por autorrobo de smartphones genera pérdidas concretas (el costo del reemplazo de los equipos) y también reducción de la rentabilidad. En estos casos los operadores también deben investigar eventuales portaciones sospechosas, lo que incrementa sus costos operativos.
Como política general hoy las aseguradoras se ocupan de advertir a los clientes que reportar un robo inexistente es un delito. Y cuando logran identificar a los autores de estas estafas, cancelan sus pólizas, registrándolos en bases de datos internas de fraude.
Ahora bien: ¿cómo se podría resolver esta problemática del fraude por autorrobo de celulares y reforzar la autenticación de reclamos?
En lugar de simplemente asumir este tipo de fraude como un costo operativo, los operadores podrían evaluar sus procesos actuales de gestión de seguros y reclamaciones, y buscar soluciones tecnológicas que les permitan prevenirlo. De esta manera lograrían reducir sustancialmente sus costos de reposición de equipos.
De hecho, Trustonic puede actuar como un aliado estratégico para los operadores y aseguradoras en este sentido, ofreciendo una solución tecnológica que desincentiva y combate directamente el fraude por autorrobo, protegiendo así sus ingresos y la integridad de sus programas de seguros.
¿Se puede bloquear un celular reportado como robado por seguro?
La tecnología de Trustonic permite a los operadores bloquear un dispositivo de forma remota si se reporta como robado bajo una reclamación de seguro.
Esto hace que el teléfono sea inservible para la persona que lo recibe, como por ejemplo el familiar o amigo, eliminando por completo el incentivo para cometer el fraude. Si el teléfono no se puede usar, el autorrobo pierde todo su valor.
Trustonic tiene una tecnología probada y robusta para la gestión remota del ciclo de vida de los dispositivos. Su plataforma ya es utilizada por operadores en todo el mundo para mitigar el riesgo de impago en equipos financiados.
Aplicar esta misma capacidad para inutilizar un teléfono reportado fraudulentamente como robado, es una extensión natural de su experiencia y autoridad en la seguridad y control de dispositivos a nivel de hardware.